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La especialidad de Hematología y Hemoterapia hace las siguientes reivindicaciones en España con los objetivos de favorecer una práctica clínica de calidad y avanzar en el cuidado del paciente hematológico:

  1. Servicios de Hematología: deben gozar de identidad e independencia organizativa para garantizar la integración funcional y orgánica de las distintas áreas de conocimiento que conforman la especialidad.

  2. Recursos Humanos: el hematólogo, con su doble formación clínica y de laboratorio, es de máxima utilidad en centros de segundo y tercer nivel donde el equipo puede compartir distintas funciones y actuar como interlocutor de otras especialidades. En este sentido, se deben optimizar los RR.HH. a nivel nacional y dotar el empleo de una mayor estabilidad.

  3. Modelo de Gestión: los hospitales de gestión pública respecto a los de gestión privada, fundaciones o consorcio, ofrecen menor capital humano, no respetan la unidad de la Hematología, ni su independencia funcional. La cartera de servicios es limitada y se apoya en empresas externas. Se debe promover la competitividad de gestión sin que afecte ni a la calidad ni a la excelencia.

  4. El Laboratorio: el laboratorio de diagnóstico hematológico (citología y hemostasia) es competencia del hematólogo, que participa en el diagnóstico y tratamiento de patologías y actúa como interlocutor con el resto de servicios hospitalarios.

  5. Clínica Hematológica: todos los Servicios de Hematología deben disponer de camas para ingreso de sus pacientes. Los hospitales que realizan tratamientos con leucemias agudas y trasplante de médula deben disponer de los recursos e infraestructura apropiada. Los hospitales con menos de 300 camas deben disponer de un centro de referencia para tratamiento de pacientes hemato-oncológicos agudos y para el trasplante.

  6. Transfusión: la importancia de los Servicios de Transfusión obliga a que los hematólogos responsables de los mismos formen parte de los Servicios de Hematología. La especialidad se opone a la ruptura del altruismo en la donación.

  7. Atención Continuada: la presencia física (guardia) o localizada forma parte de la actividad asistencial habitual de los Servicios de Hematología y Hemoterapia. Es necesario diseñar un modelo que garantice la atención a los pacientes en centros con escasos recursos humanos.

  8. Formación MIR: la hematología, con todos los aspectos y procedimientos propios de la especialidad, debe figurar dentro del tronco médico. Para ser equiparado a la normativa europea, es imprescindible ampliar el periodo formativo de la especialidad a cinco años. Es imprescindible mantener un cupo de plazas MIR para formación de hematólogos que esté en consonancia con las necesidades de especialistas, a nivel nacional, de los próximos años. La Comisión Nacional de Hematología debe velar por el cumplimiento de los objetivos docentes y defender un modelo integrador de la especialidad. Hay que actualizar la acreditación docente de los servicios y efectuar auditorías que garanticen el cumplimiento del programa de formación.

  9. Investigación: la investigación en Hematología debe impulsarse como garantía de progreso.

  10. Certificación de Garantía de Calidad: es necesario que los sistemas de gestión de la calidad formen parte de la totalidad de los Servicios de Hematología de España.