La gestión de la sangre que donan de forma altruista los ciudadanos y que después el Centro de Transfusión de Madrid entrega a los hospitales mueve cada año cerca de 10 millones de euros. Pero no siempre fue así. Hasta 2013 este servicio público recaudaba un 1.000% menos. Ese año empezó a cobrar a los hospitales de gestión privada de la red pública, como la Fundación Jiménez Díaz o el Rey Juan Carlos de Móstoles. Y ese año empezó también una suerte de guerra de la sangre soterrada que durante años ha enfrentado a la Comunidad de Madrid con cuatro de estos centros.

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