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Era de los buenos de su pueblo, Carlet. Le elegían de los primeros para conformar equipos al fútbol y eso que su condición física no es imponente. Es bajo, delgado y tiene una cara risueña pero no de killer. Igualmente, Blai Signes es un pedazo de deportista como la copa de un pino. Es un buen mediocentro, un gran ciclista y un gran jugador de pelota, la tradición familiar. Sus tíos y primos son leyendas de la pelota valenciana. Amos y señores del trinquet. Y en esas estaba Blai, de sarao deportivo en sarao deportivo cuando, como todo guerrero, decidió echar una cabezadita a la hora de la siesta. Se acostó con una 'picadura de mosquito' en el bíceps y se levantó con un brazo morado. Directo a Urgencias donde llegaría su diagnóstico tras varios análisis de sangre en los que no tenía plaquetas. Ninguna. Aplasia Medular muy grave. Sus padres, aliviados de que no fuera cáncer, él, se quedó en estado de shock. Éste es el proceso de su enfermedad.

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