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La Dra. Cristina Bilbao Sieyro, del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín (Las Palmas de Gran Canaria), detalla hoy en una ponencia cómo influyen las variables genéticas, incluyendo los genes DTA, en el desarrollo de trombosis en las NMPc, así como los mecanismos subyacentes conocidos hasta ahora.

El desarrollo de trombosis es una de las principales complicaciones en los pacientes con neoplasias mieloproliferativas crónicas (NMPcs). Artículos recientes muestran que la detección en sangre periférica de individuos sanos de mutaciones en determinados genes, siendo los más frecuentes los DTA (DNMT3A, TET2 y ASXL1), se asocia con un riesgo significativamente superior de trombosis y enfermedad cardiovascular. La identificación de esta clonalidad en la sangre de individuos sanos se denomina bajo las siglas CHIP (hematopoyesis clonal de significado indeterminado).

Según se ha demostrado en estudios realizados por el grupo de investigación en el que participa la Dra. Bilbao, las mutaciones CHIP pueden considerarse como un nuevo mecanismo de trombofilia en pacientes NMPc, al menos para un tipo de NMPc: la policitemia vera (PV). “En esta patología la presencia de mutaciones DTA, e incluso de cualquier mutación del panel mieloide analizado, se asoció significativamente con el desarrollo de eventos trombóticos. Estos resultados no son trasladables a pacientes con trombocitemia esencial y mielofibrosis, en los que aún no hemos observado esta relación”, revela la especialista del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín.

Partiendo de estos hallazgos, el objetivo es continuar avanzando en esta línea de investigación. Y es que, como informa la Dra. Bilbao, “acabamos de finalizar los análisis en una serie ampliada de PV y los resultados parecen confirmarse, tal y como se explica en una comunicación aceptada como oral el presente congreso (Stuckey et al. 2021). Consideramos que éste debería ser un factor a tener en cuenta en la escala de riesgo y, por tanto, en el manejo y tratamiento de los pacientes con PV”.

Hacia la Medicina Personalizada

Estas investigaciones se inscriben dentro de la tendencia cada vez más fructífera de identificar nuevos marcadores moleculares que permitan estratificar a los pacientes, así como informar sobre su pronóstico, seguimiento e incluso dirigiendo el tratamiento de las enfermedades hematológicas.  En este sentido, según resalta la Dra. Bilbao, “las técnicas de secuenciación masiva han revolucionado los estudios moleculares, permitiendo una caracterización genética amplia”.

Y es que, en general, las nuevas tecnologías que permiten abarcar en tiempo récord amplios análisis genéticos realmente están ayudando a entender el por qué de las diversas evoluciones dentro de una misma patología. En opinión de Cristina Bilbao, “conocer en mayor profundidad las alteraciones moleculares que acompañan o causan el desarrollo de una enfermedad (a nivel genético, epigenético, transcriptómico, proteómico….), así como los factores que influyen en el pronóstico, en la respuesta a la terapia y la aparición de complicaciones, podrá ayudarnos establecer una estratificación del riesgo más precisa, a tratarla de manera más dirigida y a prevenirla”.

Otras ponencias de interés

Sobre esta premisa el Simposio nº 13 que, además de contar con las aportaciones de la Dra. Bilbao, acoge otras dos ponencias de alto nivel científico.

El Dr. Simón Méndez Ferrer (National Health Service Blood and Transplant. University of Cambridge, UK) es un investigador reconocido a nivel internacional y sus publicaciones en revistas de muy alto impacto están contribuyendo a conocer la composición y las interacciones que ocurren, de manera natural y en situación patológica, en la médula ósea y que modulan la actividad de las células madre hematopoyéticas. Uno de sus objetivos es entender cómo la actividad de estas células es modulada de manera natural por las células madre mesenquimales óseas y por la señalización neuronal y endocrina que llega a través de nervios y vasos asociados a los huesos. Como apunta la Dra. Bilbao, “conocer estos procesos podría ser determinante a la hora de encontrar tratamientos efectivos para enfermedades como las NMPcs”.

Por su parte, la Dra. Claire Harrison (Guy’s and St. Thomas’ NHS Foundation Trust, London, UK), expone en este foro las distintas opciones terapéuticas para pacientes con mielofibrosis que deben suspender el tratamiento con ruxolitinib, que es el único fármaco inhibidor de JAK2 aprobado en nuestro país. La suspensión/reducción del tratamiento es frecuente y actualmente no existe un consenso definido de fallo al ruxolitinib o cuándo es mejor iniciar una segunda línea. Por ello, concluye la Dra. Cristina Bilbao, “estoy segura que toda la información impartida en esta charla será seguida con gran interés, dado que el tratamiento de las mielofibrosis sigue siendo un gran reto para los clínicos”.