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A pesar de las incertidumbres y el innegable impacto negativo que ha tenido la emergencia de la COVID-19 en todo el mundo, la Hematología ha sabido afrontar el enorme reto planteado, no sin dudas, controversias y vaivenes. Un simposio revisa las principales implicaciones que ha tenido esta enfermedad en el ámbito hematológico, y las respuestas ofrecidas.

En esta sesión se pretende pone en contexto el SARS-CoV-2 como virus respiratorio, efectuándose una revisión de lo que ha supuesto esta pandemia para los pacientes hematológicos y para los hematólogos. También se revisan las alteraciones hematológicas más frecuentemente asociadas a la COVID-19. En definitiva, se espera conseguir que los hematólogos del país puedan actualizar conocimientos sobre la COVID-19 y sus complicaciones en el paciente hematológico.

El simposio, que coordinan Rafael de la Cámara Llanza (Hospital Universitario de La Princesa, Madrid), y José Antonio Páramo Fernández (Clínica Universidad de Navarra, Pamplona), cuenta entre sus ponentes con el Dr. José Luis Piñana, responsable de resumir en menos de media hora el impacto de la COVID-19 en Hematología. “Mi intención es repasar la biología del virus, las diferencias con otros coronavirus, los factores de riesgo e inmunosupresión y, sobre todo, mostrar cómo la COVID-19 ha afectado a nuestros pacientes, tanto en términos de severidad como de mortalidad, en función del tipo de enfermedad de base”, avanza el Dr. Piñana.

Enorme impacto

Según reconoce este experto, “la COVID-19 ha sido una complicación grave en nuestros pacientes; aunque, a su vez, hemos observado que las infecciones y las complicaciones derivadas de otros virus respiratorios de la comunidad se han reducido de manera drástica”. De la experiencia acumulada se concluye, entre otras lecciones, que la COVID-19 ha supuesto un cambio en el manejo de los pacientes en cuanto a la utilización de la telemedicina, cambios en las estrategias terapéuticas y en la práctica habitual.

En el ámbito concreto de la Hematología, Piñana asegura que “durante la pandemia hemos tenido que reorganizar la asistencia hospitalaria y ambulatoria, así como adaptarla al riesgo de la COVID-19 durante las sucesivas olas”. En el contexto del trasplante de progenitores hematopoyéticos, añade el especialista del Hospital Clínico Universitario de Valencia, “se ha cambiado la infusión en fresco de los progenitores hematopoyéticos por la criopreservación sistemática, en lo referente a donantes no emparentados”.

Actualmente, con la reducción de la incidencia de COVID-19, se está recuperando a marchas forzadas toda la actividad asistencial retrasada. En concreto, según el Dr. Piñana, “es muy probable que notemos un incremento importante en la actividad de trasplante alogénico en 2021 como consecuencia de la buena evolución del SARS-CoV-2 y/o por estar un poco más tranquilos al disponer de mucha más información sobre la COVID-19, una mejor organización y la implementación de medidas preventivas en comparación con el 2020”.

Respecto a la actividad investigadora, durante las primeras olas de la COVID-19 la actividad en investigación clínica recibió un duro golpe, debido a la priorización de la asistencia clínica y el intento de minimizar el riesgo de contagio en los pacientes. “En muchos centros se paró el reclutamiento de pacientes en ensayos clínicos, mientras que la actividad investigadora de laboratorio también disminuyó, al no considerarse una actividad esencial”, señala este experto.

Dudas y hechos

Ahora, entre los muchos frentes que aún quedan abiertos en relación con la COVID y la Hematología, se debe seguir profundizando en el conocimiento del riesgo hematológico asociado con algunas vacunas, así como en su posible impacto en personas con enfermedad hematológica.

En palabras de José Luis Piñana, “la falta de ensayos clínicos de vacunas frente a la COVID-19 en el paciente hematológico supone una importante limitación para decidir a quién, cuándo, dónde y cuáles son los riesgos asumibles de cara a administrar la vacuna del SARS-COV-2”. Aunque los datos obtenidos de los ensayos clínicos en la población general no siempre son extrapolables al paciente hematológico, hay datos que respaldan la eficacia y seguridad a corto plazo de estas vacunar; con todo, apunta este experto, “se han descrito alteraciones hematológicas tras la vacunación, tales como trombopenia y trombosis, y todavía desconocemos qué variables se deberían considerar como factores de riesgo para el desarrollo de estos eventos adversos”.

La velocidad con la que están ocurriendo los acontecimientos y, por ende, las decisiones que se toman por parte de las autoridades sanitarias están superando en muchas ocasiones el ritmo con la que se desarrollan las investigaciones clínicas. “Esto supone siempre un problema que esperemos se resuelva de la mejor forma posible y lo antes posible”, afirma el Dr. Piñana.

En este contexto es donde cabe situar la falta de definición de la estrategia vacunal a seguir en pacientes hematológicos. “Aunque faltan ensayos clínicos en nuestros pacientes, se sabe que en personas que no han generado anticuerpos con la vacunación completa la administración de la tercera dosis consigue generar una respuesta humoral. Mientras que una tercera dosis podría considerarse beneficiosa en los no respondedores, todavía no sabemos a quién, cuándo y con qué vacuna hacer el refuerzo”, admite el experto del Hospital Clínico Universitario de Valencia. Del mismo modo, continúa explicando, “la tercera dosis podría también incrementar el nivel de anticuerpos en aquellos que sí habían respondido previamente; sin embargo, todavía desconocemos en nuestros pacientes y en la población general si una tercera dosis es más eficaz que dos”

¿El principio del fin?

El SARS-COV-2 ha tenido un impacto negativo a todos los niveles; sin embargo, “es un hecho inaudito el grado de conocimiento adquirido sobre este virus en tan poco tiempo”, opina el Dr. Piñana.

El SARS-CoV-2 es un virus respiratorio y, dada su alta contagiosidad, lo previsible es que vaya poco a poco atenuando su severidad, según la población se vaya inmunizando. Sin embargo, concluye, “es probable que no desaparezca y pase a estar en la larga lista de virus respiratorios de la comunidad que nos golpean temporada tras temporada”; por ello, “la Hematología del país debe seguir colaborando en el avance del conocimiento de este virus, lo que seguramente nos servirá de experiencia para afrontar con mayor precisión las próximas pandemias”.

 

 

José Luis Piñana