Page 12 - Boletin SEHH Septiembre - Octubre 2019
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  entrevista
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          ¿Cree que este reconocimiento ha sido tardío? Y si es así, ¿por qué?
Quizás fue culpa mía no haber insistido en 1985 en este tema. Además, por aquel en- tonces yo trabajaba en un hospital comar- cal en donde no se realizaban trasplantes de progenitores hematopoyéticos (TPH). Por ello, no insistí en un tema que, en su momento, se consideraba visionario. De cualquier manera, como dice el refrán: “mas vale tarde que nunca”.
¿Cómo valora la evolución del uso de las cé- lulas madre de cordón umbilical en el TPH? Ha sido clave como uso alternativo a los progenitores hematopoyéticos de médula ósea y de sangre periférica. Al existir mayor inmunotolerancia, no se precisan identida- des HLA tan completas como la de otras fuentes de progenitores. Actualmente, si- guen siendo una opción terapéutica, a pe- sar del advenimiento de otro tipo de tras- plante como el haploidéntico.
¿Cómo ve su futuro?
Desempeñará un papel importante mien- tras el trasplante hematopoyético siga siendo útil y no existan otros procedimien- tos terapéuticos menos tóxicos. Hoy en día, muchas patologías se curan con medica- ción dirigida a diana y, por su parte, las cé- lulas CAR-T también podrían llegar a des- plazar algunas de las indicaciones del TPH.
La base conceptual del tratamiento con CAR-T se basa en el efecto inmunológico de los linfocitos T sobre las células neoplási- cas, tal y como ocurre con el efecto injerto contra leucemia en el trasplante alogénico, aunque en el caso de las CAR-T, sea funda- mentalmente autólogo.
“La toxicidad, la enfermedad injerto contra receptor y las recidivas continúan siendo los principales retos en el trasplante de progenitores hematopoyéticos”
Y en el caso del TPH en general, ¿cuál/es cree que han sido los grandes hitos en este tratamiento?
El TPH, sobre todo el alogénico, ha repre- sentado en muchas ocasiones la única op- ción curativa de diversas neoplasias hema- tológicas, además de otras patologías como la aplasia medular. Al principio, se aplicaba en neoplasias hematológicas como instrumento para administrar gran-
des cantidades de quimioterapia, que de otra forma hubiera sido imposible debido a su toxicidad. Más tarde, se observó el efecto inmunológico del injerto contra el cáncer y se separó del efecto injerto contra receptor. También ha resultado eficaz en el tratamiento de algunas enfermedades au- toinmunes, como es el caso de la esclero- sis múltiple. Algunos enfermos trasplanta- dos para tratar su leucemia, que además padecían enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn, se han vis- to libres de ambas patologías.
¿Y sus principales retos?
Sin duda, afinar la técnica para reducir su toxicidad. La enfermedad injerto contra re- ceptor sigue siendo un obstáculo impor- tante, al igual que las recidivas. En un futu- ro, quizás no sean necesarios los trasplan- tes, lo cual indicará que existen mejores medios para curar estas enfermedades.
¿Cómo valora el nivel de la hematología española?
Está a un nivel muy alto y homogéneo entre las distintas regiones españolas, y comparable a cualquiera de los países mas desarrollados. Las futuras generacio- nes de hematólogos, como puedo com- probar en el ámbito de los residentes de la especialidad, auguran un futuro aún más brillante.
  


















































































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