Page 10 - Boletin SEHH Septiembre - Octubre 2019
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  entrevista
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           Joan Besalduch, jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Son Dureta (Palma de Mallorca) entre 1987 y 2015, fue el primer investigador en describir
la presencia de células madre hematopoyéticas en sangre del cordón umbilical. Aunque tardío,
la SEHH rindió homenaje a este hematólogo mallorquín por este relevante descubrimiento científico durante su último Congreso Nacional, celebrado recientemente en Valencia.
Usted ha sido el primer investigador en describir en su tesis doctoral la presencia de células madre hematopoyéticas en sangre del cordón umbilical, ¿nos podría contar cómo llega a ese punto?
Todo sucedió tras unas estancias en el ex- tranjero del director de mi tesis, el Prof. Fernández-Delgado y de mí mismo. El Prof. Fernández-Delgado coincidió con el Dr. Marcel Bessis en un hospital parisino en donde se trataban muchos pacientes pe- diátricos y neonatos, y existía un interés por la hematopoyesis neonatal.
En 1979, tras finalizar mi residencia en Hematología y Hemoterapia en el Hospital Universitario La Fe de Valencia, realicé una estancia en el Hospital Hammersmith de Londres con el Dr. John Goldman, apren- diendo sobre cultivos de progenitores he- matopoyéticos y criopreservación celular. En aquel tiempo, el Dr. Goldman realizaba autotrasplantes de progenitores hemato- poyéticos de sangre periférica de pacientes con leucemia mieloide crónica (LMC) tras criopreservarlos durante la fase crónica. Esta fue una etapa muy importante en mi formación, ya que posteriormente desarro- llamos en Mallorca una técnica de criopre- servación en congelador mecánico, a -80oC, muy económica y eficaz, que aún se lleva a cabo en los hospitales de la isla.
Al coincidir con el Prof. Fernández-Del- gado, ya en España, buscando un tema
para realizar mi tesis doctoral, se nos ocu- rrió la idea de investigar sobre las técnicas que había aprendido en la hematopoyesis neonatal, y nada mejor que la sangre de cordón para ello.
“Cuando se publicó en el NEJM la realización del primer trasplante de sangre de cordón en 1989, supe que había estado en el buen camino y lamenté que en España no hubiéramos sido los primeros”
Desde la lectura de los primeros cultivos, observé que la sangre de cordón era muy rica en precursores hematopoyéticos, ya que formaba colonias muy grandes y nu- merosas. De ahí, tras varios experimentos modificando las condiciones de cultivo, lle- gué a la conclusión de que la sangre de cor-
 






















































































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