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Las personas con trastornos de la coagulación, por enfermedades o por estar bajo tratamiento con anticoagulantes tienen un alto riesgo hemorrágico y algo tan común como es someterse a un tratamiento odontológico puede tener graves consecuencias. Evitar esas complicaciones es un reto para los médicos. El temor a la hemorragia ha conducido tradicionalmente a suspender la terapia anticoagulante en los días previos a la intervención oral, tras la cual, el miedo a los episodios trombóticos implica en muchos casos pasar del anticoagulante oral a heparina subcutánea. Además, tampoco existe un protocolo único de actuación para el manejo de las personas con riesgo hemorrágico en la consulta dental.

Nota de Prensa

Guillermo Schoendorff, Miguel Herrero, Juan Carlos Fuentes, Juan Manuel Ortiz, Cristina Pascual y Rosa Vidal