INFECCION FUNGICA EN PACIENTES HEMATOLÓGICOS PEDIÁTRICOS. NUESTRA EXPERIENCIA EN 62 EPISODIOS TRATADOS CON ANFOTERICINA LIPOSOMAL.

JMª Pérez-Hurtado, M. Jiménez, I. Jara, S. Ortegón, R. Parody, JM Rodríguez Fernández.

Sección de Hematología Pediátrica. Servicio de Hematología y Hemoterapia. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla.

 

INTRODUCCIÓN: Las infecciones fúngicas en pacientes hematológicos son infrecuentes pero a menudo suelen ser severas, con alto riesgo de mortalidad. Su tratamiento de elección suele ser la Anfotericina B. La anfotericina B en forma desoxicolato presenta una alta frecuencia de efectos secundarios que limitan su eficacia terapéutica. La anfotericina liposomal es poco tóxica en el niño y podría tener una adecuada efectividad terapéutica. Presentamos nuestra experiencia en la incidencia, epidemiología y clínica de las infecciones fúngicas en nuestros pacientes hematológicos pediátricos, y el resultado terapéutico y toxicidad tras tratamiento con anfotericina B en forma liposomal.

PACIENTES Y MÉTODOS: Estudio retrospectivo entre Octubre de 1994 y Abril de 2000. Se diagnosticaron 62 infecciones de origen micótico en 826 pacientes consecutivos ingresados en nuestra área de hospitalización (7.5%). La edad media fue 5.8 años (1-14).

33 niños. 29 niñas. LAL: 37, LANL: 7, Post-TPH: 10, Anemia aplásica: 5, Otros: 3. Los focos clínicos fueron: Fiebre sin focalidad con respuesta al tratamiento con anfotericina: 29 pacientes (35%). Fungemia con origen en catéter central: 16 pacientes (16%). Fungemia sin origen en catéter central: 5 pacientes (4.8%). Neumonía: 9 pacientes (14%). Candidiasis hepato-esplenica crónica: 3 pacientes (4.8%). Se aisló germen en 28 pacientes (45%): C. Albicans: 9, C. Parapsilosis: 5, C. Tropicalis: 4, Otras especies de cándida: 8, Rhodotorula glutinis: 1, Fusarium solanii: 1. Aislamientos: sangre: 21, esputo inducido 2, fibrobroncoscopia: 4, biopsia hepática: 1. Se trataron con anfotericina liposomal: 3 mg/Kg./día 59 pacientes, y 5 mg/Kg./día 3 pacientes. Fallecieron 8 pacientes (13%). 54 pacientes quedaron asintomaticos.

Presentaron recurrencia de infección fúngica en posteriores ciclos de quimioterapia a pesar de profilaxis con anfotericina B: 6 pacientes (9%).

Toxicidad: Hipopotasemia 11 (17.7%), Elevación de creatinina 6 (9.6%), Fiebre 2 (3%). Vómitos 1 (1.6%). En ningún caso fue necesario interrumpir el tratamiento.

CONCLUSIONES: En los pacientes pediátricos, afectos de una infección micótica, la anfotericina B en forma liposomal, supone una opción terapéutica efectiva con escasa toxicidad sistémica.