CRISIS BLASTICA MIELOIDE DE LA LEUCEMIA MIELOIDE CRONICA (LMC): COMPARACION DE LA QUIMIOTERAPIA INTRAVENOSA FRENTE A LA MONOQUIMIOTERAPIA ORAL
J. C. Hernández-Boluda, F. Cervantes, A. Alvarez, E. Nadal, M. Gómez, D. Costa* y E. Montserrat. Instituto de Hematología y Oncología, Servicios de Hematología y Genética*, IDIBAPS, Hospital Clínic, Barcelona.
Fundamento: la crisis blástica (CB) de fenotipo mieloide de la LMC suele ser resistente al tratamiento, lo que condiciona una corta supervivencia de los pacientes (mediana de 3-4 meses). Si bien en el tratamiento de esta situación se utiliza desde regímenes quimioterápicos tipo leucemia aguda hasta la monoquimioterapia oral, se desconoce cuál de estas estrategias terapéuticas proporciona mejores resultados.
Objetivo: comparar los resultados del tratamiento con quimioterapia intravenosa (i.v.) y monoquimioterapia oral de la CB mieloide de la LMC Ph-positiva.
Pacientes y métodos: de un total de 120 pacientes diagnosticados de CB mieloide entre 1978 y 1999 en un solo centro se seleccionaron dos grupos de 30 enfermos que habían recibido quimioterapia i.v. ó 6-mercaptopurina (6-MP) oral. Ambos grupos eran comparables en edad, sexo, duración de la fase crónica y frecuencia de fase de aceleración y de anomalías citogenéticas. La quimioterapia i.v. consistió en Ara-C en infusión continua, sólo (n=15) o asociado a un antraciclínico (n=6), ciclofosfamida-vincristina-prednisona (n=5) y m-AMSA (n=4). La dosis de 6-MP osciló entre 50 y 200 mg/día, en función de los recuentos leucocitarios. Se compararon los días de ingreso hospitalario y de antibioterapia i.v., los requerimientos transfusionales (hematíes y plaquetas), la tasa de remisión completa (RC) y la supervivencia de ambos grupos.
Resultados: tanto el número de días de hospitalización (48,9 vs 10,8; p < 0,0000001) como de antibioterapia i.v. (23,3 vs 8,1; p = 0,00002) fueron significativamente mayores en los pacientes tratados con quimioterapia i.v., los cuales presentaron asimismo requerimientos significativamente mayores de transfusiones de plaquetas que los tratados con 6-MP (8,7 vs 2,4; p = 0,02), no siendo significativa la diferencia en el número de transfusiones de hematíes administradas a los dos grupos (11,5 vs 22,3; p = 0,1). En 3 enfermos (10%) del grupo de quimioterapia i.v. se obtuvo la RC, frente a ninguno del grupo de 6-MP (p = NS). Por último, la supervivencia fue algo más prolongada en los enfermos tratados con 6-MP (mediana 4,7 meses; extremos: 0,1-22,7 meses) que en los que recibieron quimioterapia i.v. (mediana 3,1 meses; extremos: 0,2-12 meses), si bien la diferencia no alcanzó significación estadística.
Conclusión: el tratamiento con 6-MP de la CB mieloide de la LMC permite el control ambulatorio de los pacientes y conlleva un menor consumo de antibióticos y plaquetas que la quimioterapia i.v., sin que la supervivencia sea peor.