PRIMER ALOINJERTO RENAL CADAVÉRICO EXITOSO DESPUÉS DE TMO ALOGÉNICO HLA IDÉNTICO

A Quintás, J Calviño*, M Pérez, N Alonso, M Rodríguez, I Abuín, S González, A Bendaña, MJ Rabuñal, JL Bello.

Hospital Clínico Universitario de Santiago. Servicio de Hematología. Servicio de Nefrología*.

 

El desarrollo de fracaso renal tardío tras un trasplante de médula ósea (TMO) es debido generalmente a nefritis por radiación y/o a agentes quimioterápicos nefrotóxicos y puede obligar a introducir a estos pacientes en programa de diálisis, en cuyo caso, el trasplante renal puede suponer la mejor oferta terapéutica. Presentamos el caso de una mujer de 26 años diagnosticada de leucemia mieloide aguda M2 de la clasificación FAB, que recibió en primera remisión completa un aloinjerto de médula ósea procedente de su hermana HLA idéntica. Se condicionó con ciclosfosfamida (120 mg/kg) y radiación corporal total no fraccionada (10 Gy) y recibió profilaxis de enfermedad injerto contra huésped (EICH) con ciclosporina A (CsA), metilprednisolona y metotrexate (días 1, 3 y 6). No se realizó deplección T. Se objetivó un prendimiento normal del injerto y la CsA fue suspendida el día +180 ante la ausencia de signos de EICH. Se documentó repetidamente quimerismo hematopoyético completo. Un añotras el TMO la paciente desarrolló un cuadro clínico similar a un síndrome hemolítico urémico con hipertensión arterial severa y fracaso renal progresivo. Se instauró tratamiento con plasmaféresis repetidas, aspirina y vincristina sin éxito, precisando diálisis crónica. La donante de la médula ósea rechazó donar un riñón. Tras 29 meses en diálisis recibió un aloinjerto renal cadavérico "mismatched" para 3 antígenos HLA objetivándose un rápido y normal funcionamiento del mismo. Como complicación apareció una discreta elevación de las pruebas bioquímicas de función hepática, cuadro que remitió 3 meses después, con sospecha de toxicidad medicamentosa. La paciente presenta, 12 meses tras el trasplante renal, buen estado general con perfecto funcionamiento de ambos injertos. Como único tratamiento recibe micofenolato (1.5 g/24 horas).

 

Conclusión: el desarrollo de tolerancia inmune a injertos renales tras TMO del mismo donante ha sido documentado en varias ocasiones, incluso sin tratamiento inmunosupresor, sin embargo muchas veces el riñón del donante de la médula ósea no está disponible, por lo que se debe considerar el injerto cadavérico. Nosotros presentamos el primer caso de tolerancia inmune a un aloinjerto renal cadavérico después de un TMO alogénico HLA idéntico.